La Tierra Media no solo era habitada por Hobbits sino por muchas civilizaciones o razas, esta sección construida por Tolkien Fans y para Fans que tengan o no mucho conocimiento sobre la mejor serie de fantasía de todos los tiempos.

 

Una de las razas parlantes de la Tierra Media, en su origen muy emparentada con los hombres. Aunque creados en la Primera Edad, los Hobbits fueron discretos y vivieron en los valles del Anduin, por lo que pasaron en gran parte inadvertidos por las otras razas hasta bien entrada la Tercera Edad.

Alrededor del 1050 de la Tercera Edad los Hobbits, que por ese entonces se habían dividido en tres grupos bien diferenciados, los Albos, los Pelosos y los Fuertes, huyeron hacia el Oeste a causa del mal del Bosque Negro.

Bilbo en su 111 Aniversario

En el 1600 se fundó la Comarca, y pronto casi todos los Hobbits se fueron a vivir allí o a Bree, aunque en el 2463 existía una colonia de fuertes en los Campos Gladios, y en la época de la Guerra del Anillo había Hobbits errantes.

Con la excepción de la Gran Peste de 1636 y del Largo Invierno del 2758, los Hobbits de Eriador vivieron en su mayor parte pacífica y cómodamente en la Comarca y en Bree gracias a la protección de Gandalf y de los Montaraces. Su población creció, y en dos ocasiones se ampliaron los límites de la Comarca; en el 2340 los Gamo Viejo fundaron Los Gamos, y en el 32 de la Cuarta Edad se añadió a la Comarca la Frontera del Oeste por regalo del Rey Elessar.
Con la excepción de Gandalf y los Montaraces, antes de la Guerra del Anillo nadie se ocupaba de los Hobbits; sin embargo, cuando la Guerra terminó, debido a las heroicas hazañas de Frodo y de sus compañeros, los Hobbits fueron incluidos en las canciones y crónicas de otros pueblos, cortesía que, en general, los Hobbits no devolvieron. 

En el 2463 de la Tercera Edad los Fuertes de los Campos Gladios tenían una sociedad matriarcal, y es posible que en algún momento todos los Hobbits se organizaran en clanes matriarcales.
Los hobbits, aunque amantes de la comodidad, provincianos y recelosos del mundo exterior, en casos de peligro eran valerosos, hábiles, y permanecían relativamente impávidos ante los grandes terrores.

A finales de la Tercera Edad en la Tierra Media sólo los Hobbits (Junto con los Hombres de Bree) usaban apellidos. Vivían unos cien años y se consideraba que a los treinta y tres empezaba la edad adulta.
En la época de la Guerra del Anillo los Hobbits hablaban hobbítico, un dialecto del osestron. En su mayor parte escribían con un modo de las runas, aunque algunos de los Hobbits más cultos conocían las Tengwar (Como  ejemplo Bilbo Baggins).
Hobbit es una adaptación al inglés de kuduk, el nombre que se daban a sí mismos; está relacionado con holbytla, una traducción del rohírrico original kûddûkan, "morador de cuevas". En Sindarin eran llamados Periain y Periannath y en oestron original banakil. La traducción del oestron equivalente es "Mediano"(Saruman así los llamaba).
También eran conocidos como la Gente Pequeña y el Pueblo Pequeño

 

Al igual que los elfos aparecieron con el Renacimiento de las Estrellas, los hombres surgieron con el Nacimiento del Sol. En la región que los elfos llamaron Hildórien, "la tierra de los seguidores", que se encontraba en el extremo oriente de la Tierra Media, los hombres abrieron por primera vez los ojos y vieron la nueva luz. A diferencia de los elfos, los hombres eran mortales e, incluso comparados con los enanos, sus vidas eran breves. 
Los hombres no podían equipararse a los elfos ni en fuerza física ni en nobleza de espíritu. Eran una raza débil que sucumbía fácilmente a las epidemias y los duros elementos del mundo. Por este motivo, los elfos los llamaron engwar, los "enfermizos". Pero, como raza, los humanos eran tenaces y se reproducían con mayor rapidez que cualquier otra raza, con la única excepción de los orcos, y, aunque morían en gran número, se multiplicaban una y otra vez hasta que acabaron por prosperar en las tierras orientales, por lo que algunos los llamaron "los usurpadores". 

Uno de los relatos humanos de la Primera Edad es el «Narn i Hîn Húrin», que versa sobre Húrin, el matador de trolls; de Túrin, quien mató a Glaurung, el Padre de los dragones; de Beren, que arrancó un Silmaril de la corona de hierro de Morgoth, y de Eärendil el Marinero, quien pilotaba Vingilot y llevó a los cielos a la Estrella de la Mañana.
 En la Primera Edad llegaron todavía más hombres procedentes del este. Eran un pueblo distinto del que los elfos llamaron hombres cetrinos y Orientales. En épocas de guerra, la mayoría de estos hombres demostraron ser poco de fiar y, aunque fingieron amistad hacia los elfos, los traicionaron ante el Enemigo. 


Cuando terminó la Primera Edad del Sol y Morgoth fue arrojado al Vacío, la tierra de Beleriand fue tragada por el Mar Occidental. Todos los enemigos que habitaban en Beleriand murieron, así como la mayoría de los elfos y de los edain. Los edain que sobrevivieron a esa edad se dividieron. Algunos huyeron del hundimiento de Beleriand y se dirigieron al este. 
Vivieron en los Valles del Anduin con otros de su raza que nunca habían entrado en Beleriand; se los llamó Hombres del Norte, de Rhovanion. Otros edain se dirigieron al sur con los elfos. A éstos se les concedió un país que estaba en el Mar Occidental y se los llamó dúnedain, los hombres de Oesternesse, porque su isla se llamaba Oesternesse, que en lengua élfica era Númenor. 

En la Segunda Edad, los dúnedain recibieron el nombre de númenóreanos y se convirtieron en una gran potencia marítima. También se hicieron más longevos y más sabios y fuertes. Su historia en la Segunda Edad fue gloriosa pero, corrompidos por Sauron, declararon la guerra a los Valar y fueron destruidos. 
Númenor se hundió en un gran abismo, el Mar Occidental la cubrió y nunca más se supo de ella. Aunque la mayor parte de los númenóreanos perecieron, hubo algunos que se salvaron del desastre. Entre ellos se hallaban los númenóreanos negros, que se establecieron en el país de Umbar, en el sur de la Tierra Media. Pero los más nobles de entre los númenóreanos regresaron a la Tierra Media a bordo de nueve naves; su jefe era Elendil el Alto y con él iban sus dos hijos, Isildur y Anárion. 
Estos elendili, los Fieles, que pertenecían al verdadero linaje dúnadan, crearon dos poderosos reinos en la Tierra Media: el reino del norte, que fue Arnor, y el reino del sur, Gondor. Pero el poder de Sauron volvió a crecer y por ello se creó la Última Alianza de elfos y hombres, que combinaba todos los ejércitos de los dúnedain y los elfos. 

Los hombres eran mandados por Elendil y los elfos por Gil-galad, el último Gran Rey. Muchos hombres, llamados haradrim, procedentes de las regiones del sur, lucharon contra ellos, al igual que hicieron otros de Rhûn, que eran los Orientales, y algunos que vinieron de Umbar, los númenóreanos negros. La Alianza derrotó a las legiones de Sauron. 
Pero murieron en la lucha Gil-galad, Elendil y Anárion, y de los jefes dúnedain sólo quedó Isildur. Fue él quien cortó el dedo que tenía el Anillo de la mano de Sauron y el que envió a su espíritu a vagar sin forma en las regiones más desoladas de la Tierra Media. 

Así comenzó la Tercera Edad. Tras coger el Anillo Único de la mano de Sauron, Isildur no lo destruyó, y en los primeros años de la Tercera Edad sucedió la tragedia. Los orcos lo mataron con sus negras flechas en los Campos Gladios y el Anillo permaneció perdido durante un largo período. De los dúnedain que sobrevivieron, quedaron los hijos de Isildur, quienes gobernaron el reino septentrional de Arnor, y los hijos de Anárion, quienes gobernaron el reino meridional de Gondor. 
Había también otras razas de hombres que habían surgido en el este y en el sur, muchas de las cuales hicieron acto de presencia entonces. Los balchoth, los Aurigas y otros Orientales llegaron de Rhûn para luchar contra los dúnedain de Gondor, mientras que, del sur, los haradrim y los variags avanzaron con los númenóreanos negros. 
Pero los hombres de Gondor eran fuertes y derrotaron a todos los enemigos. 

Pero en el norte surgió otra potencia en el país de Angmar. Un rey brujo gobernaba aquellas tierras, y reunió un ejército de orcos y criaturas malignas, así como Orientales y Montañeses de las Landas de Etten, para hacer la guerra contra el reino septentrional de Arnor, que acabó siendo asolado. Aunque Angmar al final fue destruido por los dúnedain de Gondor, el reino septentrional de Arnor tocó a su fin; sólo una pequeña parte de sus habitantes sobrevivieron y siguieron vagando por las regiones ahora vacías, por lo que recibieron el nombre de Montaraces del Norte. 
En el sur y desde el este se produjo un constante flujo de hombres bárbaros, corrompidos hacía tiempo por el poder de Sauron. Los dunlendinos avanzaron en pie de guerra, al igual que lo hicieron los haradrim y los Orientales. Pero entonces Gondor se ganó un aliado, porque los jinetes llamados rohirrim fueron en su auxilio. 
Eran los Hombres del Norte, de Rhovanion, y eran parecidos a los Hombres del Bosque y los beórnidas del Bosque Negro, o semejantes a los Hombres del Lago o los bárdidos de Valle, porque siempre combatieron los males provocados por Sauron, el Señor Oscuro. 

Al final de la Tercera Edad, se libró la Guerra del Anillo, y todos los pueblos de la Tierra Media tomaron partido bien por Sauron, bien por los dúnedain. El ejército de Sauron fue derrotado. El Anillo Único fue hallado y destruido, y llegó un rey único para los dúnedain. Fue Aragorn, hijo de Arathorn, al que se llamó rey Elessar, el legítimo heredero de Isildur. 
Elessar resultó ser un gobernante férreo y sabio. Porque, aunque aplastó a muchos enemigos en la guerra y no temía a nadie en la batalla, hizo la paz con los Orientales y los haradrim, por lo que, en la Cuarta Edad del Sol, que fue proclamada la Edad del Dominio del hombre, hubo paz en las regiones occidentales, una paz que perduró por muchos años gracias a la sabiduría del rey Elessar y sus descendientes.

 

Los orcos es una raza de seres horribles y salvajes, enemigos de la paz y el bienestar de las criaturas de Arda. Su origen se remonta a la aparición de los primeros elfos, en Cuiviénen. Melkor, el Vala del Mal, tuvo envidia desde un primer momento de aquellos seres tan hermosos, y capturó y mató a muchos de ellos. Pero también encerró elfos en las profundidades de Utumno, donde por malvados experimentos creó la raza de los orcos, en burla y mofa a los hijos de Ilúvatar, de los que luego serían los principales enemigos. Este fue quizás el acto de Melkor más aborrecido y detestado por Ilúvatar
Los orcos eran crueles, mataban sin necesidad y les gustaba divertirse torturando a sus prisioneros. Eran tan incivilizados que normalmente se mataban entre ellos por disputas.

Pero también eran capaces de unirse en torno a un líder, y marchar en grandes ejércitos a la batalla. Además sirvieron a Morgoth, y más tarde a Sauron e incluso a Saruman el mago, los cuales les prometieron el dominio de la Tierra Media. Solían vestir de cuero y llevar pesadas mallas y yelmos. En combate, sus armas más comunes eran las hachas y cimitarras, pero había orcos arqueros, lanceros, jinetes de lobos, e incluso portadores de arietes.
Su estatura es media, similar a la de los enanos, y son fuertes pero no invencibles. Su poder ofensivo residía casi siempre en los numerosos grupos que formaban. Tienen buenos conocimientos de herrería y medicina. En el El Señor de los Anillos, Merry y Pippin, capturados por orcos, reciben de ellos un licor que les hace recobrar las energías para seguir corriendo. Aunque no son inmortales como los elfos, los orcos tienen una larga esperanza de vida. Pero dada su naturaleza guerrera, la vida media de la raza es limitada, en torno a los 50 años. Desafortunadamente se reproducen de manera estrepitosa, bueno rapidamente.

En grandes batallas, los orcos pueden luchar conjuntamente con Trolls, Hombres malvados, Olifantes e incluso Balrogs y sirvientes de Sauron.
Los orcos no soportan la luz del día, y les daña el sólo resplandor de las espadas élficas, como en el Hobbit, donde las hojas de Orcrist y Glamdring aterrorizaron a los orcos de las Nubladas. Los orcos también eran llamados Trasgos en algunos lugares de la Tierra Media, y en general, eran aborrecidos por elfos, hombres, enanos y hobbits, amén de los Ents y las criaturas de la naturaleza.

 

En una gran estancia bajo las montañas de la Tierra Media, Aulë, el Herrero de los Valar, dio forma a los Siete Padres de los enanos durante las Edades de la Oscuridad, cuando Melkor y sus siervos malvados de Utumno y Angband dominaban toda la Tierra Media. Por ello Aulë hizo a los enanos fuertes y resistentes, inmunes al frío y al calor, y más recios que las razas que surgieron después de ellos. Aulë conocía la gran maldad de Melkor, y por eso hizo a los enanos tenaces, indomables y persistentes en el esfuerzo y el trabajo. Eran valientes en el combate y su voluntad y orgullo no podían doblegarse. Los enanos eran mineros, albañiles, artesanos del metal y los más maravillosos artesanos de la piedra. Estaban bien preparados para los trabajos artesanales de Aulë, quien había dado forma a las montañas, ya que eran fuertes y duros, aunque no altos, pues sólo medían entre un metro y veinte y uno y medio de estatura. 
Como sus fatigas iban a ser muchas, se les concedió una esperanza de vida en torno a los dos siglos y medio, ya que eran mortales; también podían encontrar la muerte en el combate. Aulë hizo a los enanos muy sabios en el conocimiento de sus técnicas artesanales y les dio un idioma propio, el khuzdul. En este idioma, Aulë era Mahal y los enanos los khazâd, pero era un idioma secreto que nadie que no fuera enano conocía, aparte de unas pocas palabras, y que ellos protegían celosamente. Los enanos siempre dieron las gracias a Aulë y reconocían que por él adquirieron forma. Pero la verdadera vida se la dio Ilúvatar. 
Se cuenta que, cuando Aulë hizo a los enanos, los ocultó a los demás Valar y creyó que tanto ellos como él mismo escapaban al conocimiento de Ilúvatar. Pero Ilúvatar se apercibió de lo hecho por Aulë y juzgó que era un acto sin malicia, por lo que santificó a los enanos. Pero no permitió que esta raza apareciera antes que sus hijos preferidos, los elfos, que debían ser los Primeros Nacidos. Así que, aunque los enanos ya estuvieran completamente acabados, Aulë los cogió y los escondió muy profundo bajo las rocas y en esa oscuridad durmieron los Siete Padres de los enanos durante muchas edades antes de que volvieran a iluminarse las estrellas y se acercara el Tiempo del Despertar. 

En Khazad-dûm, los enanos cerraron las puertas de sus mansiones a los problemas del mundo. Nadie podía forzar la entrada en su reino, pero a partir de entonces se pensó que era un reino aislado y tenebroso y por eso Khazad-dûm fue rebautizado como Moria. Así los enanos del linaje de Durin llegaron a la Tercera Edad del Sol, aunque para entonces sus mejores días ya habían pasado y el pueblo enano había comenzado a menguar. 
Pero Moria se mantuvo durante cinco Edades de las Estrellas y tres Edades del Sol, y hasta el siglo veinte de la Tercera Edad seguía siendo rica y orgullosa. Pero en el año 1980, siendo rey Durin VI, los mineros enanos excavaron demasiado hondo bajo las montañas y liberaron a un gran demonio. Se trataba de uno de los balrogs de Morgoth, quien avanzó furioso y mató a Durin VI y a su hijo Náin y expulsó a los enanos de Moria para siempre. 
El pueblo de Durin se convirtió en un pueblo errante, sin hogar, pero en el año 1999 el hijo de Náin, Thráin, fundó el Reino bajo la Montaña, en Erebor. Durante un tiempo Thráin y algunos de los enanos de Moria prosperaron, porque Erebor era rico en metales y piedras preciosas, pero el hijo de Thráin, Thorin, abandonó el lugar y en el año 2210 se marchó a las Montañas Grises, donde se decía que ya vivían la mayor parte de los antiguos habitantes de Moria. Aquí Thorin fue aceptado como rey y con su Anillo de Poder consiguió que su pueblo volviera a crecer y prosperar. 

Un noble enano, descendiente de Borin, hermano de Dáin I, fundó un reino enano al comienzo de la Cuarta Edad, después de la Guerra del Anillo. Este enano era Gimli, hijo de Glóin; ganó justa fama en la guerra y fue uno de los miembros de la Comunidad que se eligió para la Misión del Anillo. Al final de la guerra, Gimli llevó a muchos enanos del Reino bajo la Montaña a las maravillosas cavernas del Abismo de Helm y todos lo reconocieron señor de Aglarond, las «cavernas centelleantes». Gimli, el amigo de los elfos, gobernó Aglarond durante más de un siglo, pero a la muerte del rey Elessar dejó el gobierno en manos de otros y se fue al reino de su gran amigo Legolas, el Señor elfo de Ithilien. Allí, Gimli se embarcó en una nave élfica y con su compañero navegó por encima del Gran Mar hacia las Tierras Imperecederas. Eso es lo último que las historias de la Tierra Media cuentan sobre los enanos.

 

Los primeros nacidos, los hijos mayores de Ilúvatar, concebidos por Eru sólo en el tercer tema de la Ainulindalë, la más antigua y noble de las razas hablantes de la Tierra Media. Despertaron junto al Cuiviénen bajo la luz de las estrellas en el Sueño de Yavanna, y allí fueron visitados por Oromë, que los amó, y por Melkor, que capturó a algunos de ellos y los corrompió y convirtió en Orcos.
A principios de la Primera Edad los Elfos se dividieron en dos grupos: los Eldar, que aceptaron la llamada de los Valar, emprendieron el gran viaje y fueron ennoblecidos por la vida en Aman; y los Avari, que rechazaron la convocatoria y se convirtieron en los Elfos Silvanos, menores.

Los elfos florecieron en la Primera Edad, pero Morgoth destruyó los reinos eldarin de Beleriand, y en edades posteriores su poder menguó. En las Edades Segunda y Tercera algunos elfos siguieron viviendo en Compañías Errantes, viajando por las amplias tierras que amaban, pero muchos se agruparon en reinos y refugios élficos como Lindon, Imladris, El Reino del Bosque y Lórien, donde los señores eldarin gobernaban a las poblaciones silvanas.
Sin embargo, al final de la Tercera Edad el dominio de los Hombres era inminente, y los elfos que permanecían en la Tierra Media menguaron y se convirtieron en un pueblo secreto. No obstante, en Eldamar, los elfos vivirán junto a los Valar hasta el Fin del Mundo

Los elfos eran las más hermosas de las criaturas terrestres y se espíritu se parecía al de los Ainur. Medían unos seis pies de altura y eran esbeltos y gráciles pero fuertes y resistentes a los rigores de la naturaleza. Sus sentidos, en especial los del oído y la vista, eran mucho más agudos que los de los Hombres.
Aparentemente no dormían, pero descansaban la mente soñando despiertos u observando cosas hermosas. Los Eldar, y quizá todos los Elfos, podían hablar de mente a mente sin pronunciar palabra. Los elfos amaban todas las cosas hermosas, especialmente las maravillas de la naturaleza, y sobre todo las aguas de Ulmo y las estrellas de Elbereth que brillaban sobre ellos cuando despertaron. Su curiosidad y deseo de conocimiento eran insaciables; uno de sus grandes logros fue enseñar a hablar a los Ents. Tal como indica el nombre que ellos mismos se dieron (Quendi: "los que hablan"), daban gran valor a la comunicación.
Por naturaleza eran buenos y aborrecían todas las obras del mal, aunque se los podía seducir con un mal de apariencia hermosa.

Aunque se los podía matar o podían morir de dolor, los elfos no estaban sujetos a la vejez o a la enfermedad. Cuando un elfo perdía la vida iba a las estancias de Mandos, desde donde podía dirigirse a cualquier parte de Valinor, pero no regresar a la Tierra Media.
El destino de los elfos está ligado a Eä y no pueden abandonar los Círculos del Mundo hasta el Fin, cuando se unirán a los Ainur (Y quizás a los Hombres) en la Segunda Música ante el trono de Ilúvatar.

Los elfos tenían tres anillos de poder, que custodiaban los tres más grandes de los Eldar.
Así mismos se llamaban Quendi, los que hablan. También llamados Hijos Mayores de Ilúvatar, Primeros Nacidos de Ilúvatar, Primeros Nacidos, Antigua Estirpe, Antigua Raza, Gentes Antiguas, Hermosa Gente, Pueblo Festivo, Pueblo del Bosque.
El nombre Eldar aludía en un principio a todos los Elfos.

Raza maligna de la Tierra Media. Originalmente los Trolls fueron concebidos por Morgoth en la Primera Edad a partir de un linaje desconocido, quizás a imitación de los Ents, de los que Morgoth envidiaba su fuerza y majestuosidad. 
Durante la Nirnaeth Arnoediad Gothmog llevó una guardia personal de Trolls, pero por lo demás no fueron preeminentes en las guerras de Beleriand. En eras posteriores, Sauron usó trolls, aunque su valor estaba limitado por su estupidez.
Los trolls eran muy grandes (tal vez tanto como los Ents), fuertes, feos y estúpidos. Tenían la piel gruesa y la sangre negra, y la mayoría, (excepto los Olog-hai) se volvían de piedra cuando se exponían a la luz del sol.
Acumulaban tesoros, mataban por placer y comían carne cruda de todo tipo. Aunque nunca desarrollaron una verdadera inteligencia, Sauron incrementó su agudeza con la perversidad, y a finales de la Tercera Edad, había algunos trolls bastante peligrosos.

Los Trolls de Piedra hablaban un oestron degradado y parecen haber sido los más humanos; Berto, Tom y Guille Estrújonez eran Trolls de Piedra. Los Trolls de las cavernas y los de las colinas hablaban, cuando lo hacían, una versión degradada de la lengua orca, y tenían escamas; los primeros eran de color verdoso y no tenían dedos en los pies.
Los Olog-hai, concebidos por Sauron a fines de la Tercera Edad, moraban en la zona sur del Bosque Negro y en las montañas de Mordor. Más ágiles y astutos que los otros trolls, podían soportar el sol mientras Sauron los controlara. Hablaban la Lengua Negra.

La palabra sindarin para troll era torog; es posible que el término en lengua orca olog estuviera emparentada con ella de algún modo.

Maiar que se revelaron con Melkor, y después de Sauron los más poderosos y terribles de sus servidores. Eran espíritus de fuego, y usaban grandes hachas, aunque eran más temidos por sus temibles látigos flamígeros de muchas colas, e iban cubiertos de oscuridad.
Su señor era Gothmog. Los Balrogs lucharon con frecuencia en las guerras de Beleriand, pero la mayoría fueron destruidos en la Gran Batalla. Los pocos supervivientes se escondieron en profundos lugares subterráneos, pero en el 1980 de la Tercera Edad, los enanos descubrieron uno en el nacimiento de una veta de mithril en Khazad-dûm. Este demonio, conocido en la Tercera Edad como "el Balrog", mató a dos reyes del pueblo de Durin en dos años, y los Enanos huyeron. Alrededor del 2480 Sauron pobló Khazad-dûm con Orcos y Trolls; el Balrog los gobernó por medio del terror.
Fue destruido por Gandalf en el 3019 de la Tercera Edad después de una batalla que duró diez días.

El nombre que tenían en quenya era Valaraukar, en singular Valarauko. El Balrog de Khazad-dûm también era conocido como el Daño de Durin (por haber asesinado a Durin VI) y el Terror.

 

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En los próximos días seguiré incluyendo mas razas que habitaban la Tierra Media, y muy pronto en esta sección un clip en VRLM sobre cada raza.

 

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